El papel de la fotografía en la falsificación

«Verán», dijo, «procesamos imágenes de cada tela de la pasarela y las enviamos a los fabricantes de telas que desean hacer copias».

«¿Es legal?» Dije.

«Claro», respondió. «nosotros no hacemos copias, ellos sí. Además, la ropa no tiene derechos de autor».

Me quedé en silencio.

«Estos tipos tienen copias de la ropa en las tiendas antes que los diseñadores que las presentaron en la pasarela». «Nos pagan bien para conseguir esas imágenes».

No hace falta decir que no acepté el trabajo. Pero la historia me acompañó. Principalmente porque, cuando hablé de esto con otras personas, incluidas algunas de la industria de la moda, todo el mundo parecía familiarizado con el proceso. Los diseñadores no estaban contentos, pero no podían hacer mucho al respecto.

Las imágenes se siguen utilizando para hacer copias de marcas de moda

Si avanzamos rápidamente hasta el día de hoy, esos fotógrafos ya no están. Pero las imágenes se siguen utilizando para hacer copias de marcas de moda. Como ahora todo está disponible en línea, de forma gratuita y a los pocos minutos de los desfiles, es aún más barato y rápido.

La relación simbiótica de la fotografía con la falsificación no se limita solo a la industria de la moda.

A medida que el comercio se mueve en línea, los productos se mueven a través de imágenes. A diferencia de las tiendas físicas, donde los clientes pueden ver, tocar e interactuar con el producto que van a comprar, la experiencia en línea se realiza exclusivamente a través de fotografías del producto. En línea, las personas compran a través de imágenes del producto que quieren comprar, no del producto real. Y aunque esas fotos pueden ser del producto real, el artículo que recibirán será falso.

Todo lo que tienen que hacer los falsificadores es ir al sitio web de la marca, descargar las imágenes del producto que han copiado y publicarlas en su sitio web. Eso es todo. Es así de simple.

Los consumidores se dejan engañar fácilmente haciéndoles creer que están comprando un artículo auténtico (al fin y al cabo, la imagen es real) y que, en cambio, recibirán una copia más barata. Y al igual que en nuestro ejemplo de fotos de desfiles de moda, las marcas lo saben, pero dejan que suceda. ¿Los motivos? El alcance del problema y la falta de herramientas para combatirlo.

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Bloquear el uso no autorizado de fotografías

Bloquee el uso no autorizado de fotografías y reduzca drásticamente la posibilidad de que los productos falsos se vendan como productos reales.

Una vez que las marcas toman el control de las imágenes de sus productos mediante la supervisión del uso, pueden descubrir y cerrar los mercados grises y los revendedores falsificados de forma rápida y sencilla. Pueden convertir sus fotografías en armas para que, si los falsificadores utilizan las fotos de sus productos, puedan utilizar esas mismas imágenes para rastrearlos, identificarlos y acabar con ellos.

En otras palabras, las fotografías pueden convertirse en la herramienta más poderosa del gerente de protección de marca, sin dejar de ser el mejor amigo de los vendedores. Pueden ayudar a los consumidores a conectarse con la línea de productos de una marca y, al mismo tiempo, protegerlos de la falsificación y la imitación barata.

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